Un blog sin sentido

Como podéis ver, hay veces que me da por escribir y como quería ponerlo en algún sitio y no sabía donde al ver esto del blog me decidí a colgarlos, por eso que aquí los dejo. Espero que os gusten y si queréis dejar algún comentario.

sábado, 19 de julio de 2008

Días de oscuridad

Eleve levemente la voz y cuando tu rostro se giró todo quedó sumido en la más intensa oscuridad... no podía ver con claridad y no entendía el por qué... ni la luz de las farolas podían dejarme ver el gentío de alrededor y tan sólo podía verte a ti, princesa de la oscuridad.

La noche nos encontró con una sonrisa y todo parecía recordarme tiempos pasados. Sólo tenia ojos para tus labios pero no estaba seguro de querer besarlos.

Si con el viento de la noche hubiera podido entrar en tu cabeza habría destrozado las telarañas de tu mente que ocultan mi imagen... si tu me lo hubieras pedido me habría perdido toda la noche contigo buscando juntos un pequeño paraíso.

viernes, 11 de julio de 2008

Viviendo de palabras...

Siento cada palabra que sangras como si fuese el sudor de mis propios delirios... noto que mi corazón da un vuelco al ver que en tus recuerdos, tras esa telaraña fabricada por el olvido, está la imagen de mi rostro oscurecido... quizá la distancia nos ayudase en el olvido, pero cómo respirar si cada vez que te veo recuerdo lo vivido.

Escribimos para consolarnos de aquel amor perdido, pero los sueños y nuestros ardientes deseos hacen que te sienta conmigo... ¿por qué nuestras miradas siguen siendo cómplices de un juego prohibido?... ¿por qué mi memoria recuerda el sabor de cada beso cuando hablas conmigo?... ¿aún sigo hechizado? ¿acaso sientes tú lo mismo?... y sin saber las repuestas sigo buscando tus labios por las calles como un pobre mendigo.



jueves, 3 de julio de 2008

Cuando desperté... ya no estabas. Busqué en el cajón y encontré un destello del recuerdo de tu olor. Al mirar por la ventana la lluvia me escupió con cierta ironía y los cristales de mi habitación reflejaban tímidamente tu rostro en el que se esculpía una tímida sonrisa. Mis demonios querían hacerme creer que ya no volverías, pero algo en mi interior decía que en tu mente mi recuerdo prevalecía.

Salí de mi casa con un rostro nada común en mí, las mejillas enrojecidas y la cara iluminada cual estrella que nace en el infinito pero estrecho firmamento. Caminaba firme, con decisión y tan sólo pendiente de lo que había a mi alrededor. Habían pasado diez minutos y seguía andando por la calle sin ni siquiera saber si mis zapatillas estaban limpias, porque la verdad es que últimamente, era lo único que veía al andar.

Al poco tiempo, todo había cambiado y ya no moría por tus besos. El olvido nos atacó, y seguramente la distancia hizo el resto. Nuestros caminos se alejaron quedando unidos tan sólo por un estrecho sendero. Quizá indicaba que todavía pensabas en mi, o quizá que en mis sueños a veces te veía venir, pero nuestro orgullo, impidió que nuestro ave fénix pudiera de sus cenizas resurgir quedando atrapado en el recuerdo que siempre llevaré junto a mi.