Ayer caminaba en silencio, arrastrado por una avalancha de personas que tan sólo miraban fijamente al suelo como si siguieran un camino ya echo, fabricado por sus inalterables rutinas.
La gente al pasar no era capaz de mirar a su alrededor y contemplar por un instante el paisaje, ni siquiera cruzaban miradas con nadie... tan solo caminaban como robots programados que siguen día tras día los mismos pasos.
Pero lo raro fue encontrar aquellos ojos... unos ojos perdidos entre la multitud que al igual que yo eran incapaz de comprender la pasividad de los transeúntes... unos ojos que atraparon mi mirada dejándola totalmente helada.
Ella se acercaba poco a poco y mis pensamientos seguían hundidos el brillo de sus ojos. Todo era demasiado extraño... tenía la necesidad de hablarle... de gesticular cualquier movimiento que llamara su atención pero mi cuerpo estaba completamente paralizado.
Se aproximaba cada vez más pero yo seguía atrapado por aquel indescriptible hechizo. Pasó a escasos centímetros de mi pero permanecí inmóvil.
Por la noche no lograba conciliar el sueño, en mi cabeza todavía seguía la imagen de aquella estrella caída del cielo... y cuando por fin me pude dormir, volví a verla en el que ha pasado a ser el más maravilloso de todos mis sueños...
¿Quién es?... ¿cuál es su nombre?... no lo se... ni siguiera se si la volveré a ver... pero ahora ansío que llegue cada noche para reencontrarme con esos ojos que me hacen enloquecer...
