
Me despierto pensativo recordando el olor de tu pelo, inconsciente de tu ausencia tan sólo escucho el amargo llanto de una guitarra en mi habitación desierta.
Pero cada día te sueño y cada noche me creo que te tengo para volver a sonreír cómo un niño con un regalo nuevo. Abstraigo mis miedos imaginándote, creando en mi mente una imagen tuya que me ayude a trazar el lienzo.
Al despertar de nuevo todo se vuelve confuso, no logro recordar tu rostro, ni siquiera el color de tu pelo, el retrato de tu cara está demasiado borroso. Sé que te encontraré, lo sé porque si no fuese así ninguna huella de mis pies en el camino tendría sentido... tan sólo necesito tiempo para que tus andadas tropiecen con mi camino.
Esperaré impaciente navegando sin rumbo fijo deseando que pronto la niebla que hay en tu retrato desaparezca para finalmente poderte ver.